Uno se levanta, abre la ventana y ahí están,
relucientes,
con un copo de nieve recién caída en la cima,
siempre distintas de las montañas del día anterior.
Muy bonito.
El problema es de noche,
cuando caen las montañas viejas,
cuando se mueven las rocas y
la construcción avanza a gran velocidad,
justo a la hora en que uno trata de dormir,
con todo ese ruido.
Eduardo Abel Giménez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hacenos todos los comentarios que se te ocurran. Ayudanos a mejorar, a acercarnos a tus intereses. Queremos compartir todo esto con vos. ¡¡¡ Nos encanta que nos escriban !!!